Desde hace unos meses, mucha gente nos cuenta sus ideas. La mayoría, nos dan ejemplos de otros directores en cómo quieren que sean sus obras: Wes Anderson, Quentin Tarantino, Alfred Hitchcock… Normalmente, directores con un estilo muy definido que han tenido mucho éxito y por eso, hay gente que entiende que imitarles hará una obra similar. Si Tarantino tiene éxito, una película como la de Tarantino tendrá éxito. 1+1=2, ¿no?

Sin embargo, queremos recordar que imitar el estilo de un gran director no garantiza que tu obra audiovisual vaya a tener éxito. Si se imita la estética, el estilo o similar, es muy probable que le falte algo: una voz propia. Puedes quedarte en lo más superficial sin profundizar en muchas cosas que él incluye en sus películas. En algunos casos, experiencia en rodaje, vivencias vitales, conexión con el tema tratado o, simplemente, talento.

¿Por qué Bukowski?

No todos somos Charles Bukowski, por Barrios Producciones

Recientemente, un amigo nuestro nos llevó a un recital de poesía. Uno de los poetas, que había escrito un poemario hace poco, recitó varios de sus pasajes. Hablaba de alcohol, sexo, violencia… casi todo con un detalle obsceno. La gente aplaudía, pero para nosotros, lo que dijo no pasaba de ser una ristra de palabras malsonantes y experiencias grotescas. Inmediatamente, se nos vino a la cabeza al autor que estaba imitando: Charles Bukowski.

El año pasado se cumplieron 100 años del nacimiento de uno de los grandes escritores estadounidenses del siglo pasado. Su estilo era ese: contar sus vivencias con todo lujo de detalle. Un lenguaje coloquial y experiencias sórdidas elevadas a la categoría de literatura. Elevó ese estilo underground y desgarrador a la categoría de arte. Por supuesto, es algo que mucha gente puede imitar. No hace falta hablar de temas complejos ni usar un vocabulario complejo. Pero que hagas algo parecido a Bukowski no significa que seas Bukowski.

El País publicó un artículo conmemorando esta fecha y Chus Visor decía “ha tenido muchos seguidores y es fácil imitarle, lo difícil es que salga bien”. Obviamente, cualquiera puede decir palabras malsonantes y hablar de sexo, pero eso no va a hacer que tu obra sea buena. Y no va a ser buena por que Bukowski también lo hacía así.

¿Qué tiene que ver con el cine?

En el cine ocurre lo mismo. Mucha gente admira a sus directores favoritos y es muy habitual que haya influencias y homenajes, unas veces intencionadas y otras veces, inconscientes. Nosotros, en Conciencia, nos surgieron algunas influencias de Tarantino. Pero hay que recordar que cada película es un mundo y lo que quizás sirve para una, no funciona en otra. Quizás un director haya hecho una escena que te encante, pero por muchas razones, no encaje en tu proyecto.

O quizás, aunque te guste un estilo, no puedas sacarle el mismo provecho que otros. Quizás aunque te encante el cine de Woody Allen y sus diálogos cargados de filosofía, no puedas escribir algo similar. Puedes hacer algo con diálogos vibrantes y lleno de tiros y sangre como Tarantino, pero eso no asegura que sea una buena película o, en el peor de los casos, que se te vea como una copia. Oye, quizás lo tuyo sea otro género o algo más ligero. A Wes Craven se le conoce por el cine de terror, pero lo que él quería hacer eran películas románticas.

Volviendo al recital, ese señor había hablado de temas muy duros, pero muchas veces de oídas. Dijo que bebía, pero no llegó al punto de alcoholismo que tenía Bukowski. Tenía sexo, pero ni de lejos las experiencias sórdidas del escritor. Había decidido usar ese estilo por alguna razón, pero le faltaba mucho para legar a obras como Cartero o Factótum. El resultado, una obra incómoda que recordaba a otra mejor.

Nuestro consejo

Nosotros recomendamos que, como artista, busques tu voz interior. Aceptes las influencias que te llegan, pero que a la vez, siempre intentes poner algo propio. Por supuesto, puedes coger ideas de los grandes, ellos están ahí para enseñar y nosotros para aprender, pero recuerda que imitarlos no te va a convertir de repente en un éxito. Tienes unos puntos fuertes y unas vivencias que nadie más ha tenido: explótalas. Usa eso a tu favor.

Leave A Comment